Lanbide viene anunciando, en las últimas semanas que sólo se dedica a tramitar con diligencia, nuevas solicitudes y reanudaciones de la RGI y PCV; y, que ha dejado de tramitar suspensiones. Y esto, por desgracia, es mentira.

Desde que se declaró el estado de alarma el 14 de marzo y se recortó radicalmente la movilidad de la ciudadanía con el confinamiento, Lanbide ha continuado enviando resoluciones de suspensión de la RGI y PCV a gente perceptora. En un principio, pensábamos, desde las asesorías de ARGILAN-ESK, que mantenemos activas telemática y telefónicamente, que se trataba de procedimientos anteriores al 14 de marzo. Luego, hemos comprobado que no es así. Lanbide está resolviendo y notificando procedimientos iniciados después del 14 de marzo. Cómo desconocemos la cocina burocrática de Lanbide nos resulta imposible saber si realmente este organismo ha cortado las suspensiones. La realidad que vivimos en ARGILAN-ESK es que nos sigue viniendo gente con suspensiones.

No dejar caer a nadie...

Aún está a tiempo Lanbide de hacer creíble esa frase tan pomposa que han dicho las instituciones vascas, incluido el Lehendakari Urkullu: "No dejaremos caer a nadie en esta crisis del COVID-19". Para ello, está obligado a:

1. Dejar de emitir cualquier resolución de suspensión o extinción de RGI, sea cual sea el motivo de la misma y el momento del inicio de su tramitación.
   
   
2. Revertir las suspensiones comunicadas desde el 14 de marzo, reponiendo a las personas concernidas su RGI y PCV con carácter retroactivo.
   
   
3. Si Lanbide, posteriormente tiene que acudir a tramitar procedimientos de cobros indebidos, el problema será insignificante, comparado con el daño producido en personas que viven al límite de la subsistencia y que quedarse sin la RGI y PCV, en estos tiempos de confinamiento, les hace imposible poner en marcha otras estrategias de supervivencia.

ARGILAN-ESK