Continúa la operación de cierre y liquidación de Osakidetza por parte del Gobierno Vasco. Esta vez le toca el turno a la OSI Bidasoa, que acaba de ser declarado como lugar no apto para niños/as. Desde el Departamento de Salud acaban de comunicar que en las urgencias del Hospital de Bidasoa no se atenderán a personas menores de 14 años y que todas deberán ser derivadas al hospital de Donostia.
Esta decisión no solo pone en peligro la salud de los y las más pequeñas, también supone un grave trastorno para los padres y madres de toda la comarca, que tendrán que trasladarse junto a niños y niñas hasta Donostia si precisan atención hospitalaria.
El Gobierno Vasco maquilla esta decisión asegurando que aumenta la atención pediátrica en los centros de Atención Primaria de Irún y Hondarribia, pero esta medida supone, de facto, recortes en la atención hospitalaria a los más pequeños. Es una medida irresponsable que, además, no sigue ningún criterio razonable. Lo único que persigue es profundizar los recortes y la precarización de Osakidetza.
Porque además esta sobrecarga de la pediatría en el hospital Donostia no viene acompañada de un aumento de plantilla. Los y las profesionales sanitarias tendrán que afrontar el aumento de pacientes con la misma plantilla. Algo perjudicial tanto para los pacientes como para las profesionales.
La dirección de Osakidetza reconoce que el hospital Bidasoa recibe a 8.000 menores de 14 años anualmente, cifra más que suficiente, desde nuestro punto de vista, para mantener abierto el servicio de urgencias de pediatría.
Desde ESK entendemos que estos cambios ponen en peligro la salud de los y las niñas de la comarca de Bidasoa. En la sanidad pública deben primar los criterios que protejan y garanticen la salud de las personas y de los profesionales, no las hojas de Excel que solo buscan recortes.