La ciudadanía de Gasteiz está expectante ante el anuncio de los diferentes responsables del Departamento de Salud, de Osakidetza y de la OSI Araba de la “reapertura” de las Urgencias del Hospital Santiago, reapertura convertida en la visita del consejero Alberto Martínez el pasado 25 de febrero en la apertura de dos consultas de “Urgencia general de alta resolución”, lo que significa, en palabras del director gerente de la OSI Araba, “un flujo de pacientes pactado", vamos, que los de allá vengan para acá y los de acá para allá, ya que, también en palabras de la dirección, no va a ver un aumento de la plantilla en las Urgencias del Hospital Santiago.
Esta decisión, en ningún caso va a mejorar la calidad de la asistencia que se presta actualmente a la ciudadanía ni va a mejorar las condiciones laborales de la plantilla si no es incrementada sustancialmente, lo que significará que la espera de 8 horas que antes se daba en Txagorritxu, ahora se dará en ambas sedes, con el añadido de que, sin una ampliación de las plantas de hospitalización en Santiago, la mayoría de los ingresos deberán ser trasladados a Txagorritxu, ¿en qué condiciones? ¿con el actual sistema privado de transporte sanitario que acumula horas de espera para los traslados habituales? ¿cuántas horas habrá que esperar para un traslado? ¿dónde va a esperar la persona y sus familiares?
ESK basamos estas afirmaciones en los propios datos que la OSI Araba publica con relación a las urgencias atendidas en enero de este año, un total de 16.013, de las cuales 1.925 derivaron en ingresos hospitalarios, atendiendo a 517 personas al día.
Por sedes, Santiago atendió una media de 64 personas al día, con un total de 1973 actuaciones durante ese mes, con 475 ingresos, un 24,08%, y una presión asistencial del 33,40%.
Txagorritxu sufrió una presión asistencial del 57,40%, recibiendo una media de 453 personas al día, lo que supuso 14040 actuaciones que derivaron en 1450 ingresos, un 10,33%.
Para ESK, estos datos muestran que, a partir de abril, ese “flujo de pacientes”, sin un incremento sustancial de la plantilla en las Urgencias del Hospital Santiago va a suponer una saturación del servicio, un incremento brutal de la presión asistencial que va a recaer sobre las espaldas de la plantilla y un deterioro de la calidad asistencial.
ESK exige al Departamento de Salud que se deje de operaciones de maquillaje que solo busca recuperar votos perdidos y planifique con seriedad una apertura real de las Urgencias del Hospital Santiago que pasa, necesariamente por una reestructuración de los servicios hospitalarios para que incluyan todas las especialidades médicas, de no ser así, supondrá que estas urgencias se convertirán en un mero receptáculo de pacientes.